Esperado viernes.

Hola de nuevo, ¿qué tal preparamos el fin de semana? yo este fin de semana lo tengo «movidito» tengo cena de amigos y amigas el sábado, luego seguro que cae alguna «copita» y algún «bailecito».

Os deseo un feliz fin de semana con esta canción : https://www.youtube.com/watch?v=a4lXhODzKog

Canción: vamo’ a la calle.

Artista: Carlos Baute.

Os animo a pinchar el enlace, además de escucharla sería enriquecedor que pararais a ver el vídeo. ¿Sabéis a que se refiere esta canción? A su país, se la canta a su patria, VENEZUELA. ¿qué imágenes verdad? Parece que no vivimos en el mismo mundo, y desde luego que no vivimos en el mismo mundo, que pena y que impotencia de verlo y estar a miles de kilómetros, ver que ellos luchan y luchan. Lo que cuesta conseguir las cosas cuando no eres «el que manda».

Siento mucho el dolor de todas personas, pero sinceramente, se me parte el corazón con los niños. Que tristeza tan grande, que infancia. Pero por otro lado pienso lo agradecidos que van a nacer estos niños cuando cualquier persona les preste cariño y ayuda ¡van a ser los niños más felices del mundo! Ojalá lleguen a ser los niños más felices del mundo.

¿Os imagináis lo que debe ser pagar un puñado de arroz a precio de caviar? La tristeza de que alguien decida los alimentos que tú y tu familia tienen que comer, la cantidad… Toda esta escasez es la que llevan viviendo los Venezolanos desde 2013.

Cuando Leopoldo López alzó su voz en contra de todo este régimen en enero del 2014, siempre con un cambio pacifico. Animo a la gente a echarse a la calle y sin razón alguna, por hacer el bien lo único que ganó fue un injusto encarcelamiento. Eso sí, el es esperanzador, ha hecho bastante trabajo despertando conciencias  e iniciando un movimiento dirección «el cambio».

¿Creéis que los demás países podían echar una mano frente a esta situación? Me interesa mucho vuestra opinión frente a esta triste situación.

Por suerte, a mi y a mi familia esto nos pilla muy lejos, pero es totalmente inhumano.

Disfruten del fin de semana, disfruten de las pequeñas cosas que tiene la vida y de la felicidad que causan los pequeños momentos.

Un saludo.

Con amor, especialmente para los ciudadanos y ciudadanas de Venezuela…

(C)

Bienvenido Septiembre.

Mes de cambios, mes de torturas por intentar adelantarnos a lo que pasará en un futuro. Aquello que nadie queremos pensar y que tanto leemos que no hay que hacer. Pero irremediablemente nuestra mente abre debates y suposiciones con aquello que pasaría si hiciéramos una u otra cosa. Vemos, sobretodo los puntos negativos, algunos muy improbables hasta incluso imposibles, pero nuestra mente nos hace imaginarlo y montarnos una obra de teatro que ni el mismisimo William Shakespeare. 

Otras personas simplemente empiezan una rutina, aquella rutina que les hace feliz, que incluso echaban de menos. Esa rutina que tanto les ha costado conseguir, tantos cambios de vida, tantos comienzos de «cero». Pero que ahora les hace sentir plenitud, ¿creéis que esa plenitud es cosa de la edad? ¿es cosa de como hemos labrado nuestro futuro?. 

Yo pienso que estos dos aspectos están correlacionados, y también pienso que se puede alcanzar esa plenitud tan deseada.  

Con septiembre también llega el momento de andar por la calle con una chaquetita (en España, que es donde me encuentro ahora) se espera con ansia este momento, en el que todavía no hay que sacar el chaquetón y el viento que corre es espectacular. 

Por lo tanto, disfrutemos de estas pequeñas cosas que nos da la vida y luchemos por conseguir esta plenitud.

Con amor…

(C)

Ring, Ring

Marga; era una chica de estatura no superior al 1,65, morena, de pelo largo y delgada se fue a pasar un año de Au pair a Nueva York y allí conoció a Chisthofer (que casualmente era tio del niño que cuidaba); un promotor financiero que trabaja para el Banco de la Reserva Federal. Surgió la chispa del amor y así comenzó esta maravillosa historia. Dos años después se casaron y compraron la casa en la que actualmente viven, una de esas que quitan el hipo; su tejado gris y su fachada blanca envolvían esta preciosa casa de dos plantas, con un amplio comedor con muebles de madera y una larguísima mesa, en la cocina también hay una mesa pequeña y un buen entorno más familiar donde solían estar cuando no había invitados. La casa se compone de cinco amplias habitaciones y, como era el sueño de Marga, en su habitación hay un baño con una bañera preciosa que tiene unos pequeños «chorritos» que le alivian del estrés diario.

Julio (por el abuelo de Marga) es el hijo mayor que tiene 11 años, Jayden es el mediano con 7 años y luego está el pequeño Matthew de 2 añitos. Los tres hacen un gran equipo aunque las trastadas como intentar meter al pequeño Matthew dentro del horno no dejan de suceder (por suerte sin llegar a encenderlo).

Un dia más, las 7.30 de la mañana en punto. Marga y su marido se miraban adormecidos todavía en la cama. Se levantaban y mientras Marga despertaba a los niños su marido se encargaba de hacer el desayuno, como todos los jueves. Marga hace el desayuno los lunes, miércoles y viernes, su marido los demás días. Así comparten el maravilloso momento de despertar a sus tres hijos, cosa que adoran. Mientras desayunan llega Elisabeth, una vecina adolescente que todavía no sabe muy bien que hacer con su vida y mientras tanto cuida a los pequeños. La verdad es que es muy buena chica, sus padres están separados y ella vive ahora con su madre que es inspectora de comisaria y pasa poco tiempo en casa. Marga suele comentar con Chisthofer que esa ha sido la causa de su separación y la causa de que su hija se encuentre desorientada, sin saber que hacer con su vida. La verdad, es que solo le preocupa su trabajo. Es una gran profesional, pero no le merece la pena serlo a un precio tan alto. La niña, Elisabeth, es un encanto; siempre viene con una sonrisa, lleva a los niños al cole, los recoge y en algunos casos les deja disfrutar de ser «malos padres».

Al decir «Malos padres» no me refiero a que en realidad sean malos, sino a disfrutar de ellos al aceptar que nos niños agotan y que necesitan espacio para ellos mismos, espacios sin niños. A lo que me refiero es que las madres que aparentemente viven extremadamente felices, dicen que los niños no cansan, no agotan, que no pueden ir a ningún lado sin ellos… Les hacen sentir «malos padres».

Con amor…

(C)

 

Acostumbrarnos.

Hoy he tenido una conversación en la que me pregunto: ¿todos tenemos derecho a soñar? o ¿hay algunas pesonas no pueden permitirse ese lujo?. Quizás nos presentamos ante un «triste pero cierto» y la segunda opción que he enumerado anteriormente es la ganadora de este duelo. Desde pequeños nos enseñan a soñar, a luchar por nuestros sueños. Sin embargo, conforme vamos creciendo el interés de nuestros familiares y de la sociedad en general es «guiarnos» hacia «lo que va a ser mejor para nosotros». Constantemente no nos dejan ni equivocarnos, como si la equivocación conllevara algo malo malísimo a lo que no podríamos hacer frente. Es triste, porque quizás por aquello que luchamos no es aquello que queremos y aquello por lo que lucharíamos no lo tenemos porque nos han hecho ver que no es lo correcto y ni siquiera lo hemos intentado como lo deberíamos haber hecho, quizás en ocasiones nos hemos acercado, incluso lo hemos rozado con la punta de los dedos pero se nos ha escapado, sin darnos cuenta todo lo que dejábamos escapar. Sin darnos cuenta que nosotros mismos nos escapábamos de lo que hemos estado buscando tanto tiempo.

Y llegados a este punto yo me pregunto; ¿será la comodidad de que decidan por nosotros la que nos atrapa y nos hace sentirnos protegidos en nuestra famosa «área de confort»? ¿Qué peso tiene todo esto en nuestro cortex frontal que nos hace tomar decisiones en contra de lo que realmente queremos? A veces pienso que seria mejor programarnos como máquinas, tener en casa una pequeña cajita con botones y que pudiéramos quitar de nuestro camino sentimientos, pensamientos ajenos y centrarnos solo en nuestros objetivos, en aquello que nos hace bien a largo plazo pero que a corto plazo nos come por dentro. Eliminar ese «pepito grillo» mas sutilmente llamado conciencia que nos reconcome en cada decisión. Dejar de perder nuestras batallas por ser como se debe ser, permanecer siempre con la energía y la satisfacción que se siente con las cosas bien hechas.

Con amor…

(C)

¡Qué bien sientan unos dias de fresquito!

Para apagar un poco ese sol tan caliente, ese sol que tanto busco en invierno, y tanto desperdicio a estas alturas del verano. Donde el lujo se encuentra en las tormentas que dejan noches maravillosas. Noches de sueños, de dormir pensando en aquello que nos gustaría que sucediera o la continuación de como podría ser la historia del libro que leemos, ¿lo habéis probado alguna vez? ¡os lo recomiendo!. Yo he llegado a engañar a mi inconsciente (o cual sea esa parte de nosotros que participa en la construcción de sueños) y soñar. Si, si, soñar con aquello que pienso al inducir el sueño (esto no es algo que ocurra siempre, pero no dejéis de intentarlo porque cuando ocurre es maravilloso).

Nos pasamos la vida buscando cosas que nos llenen, trabajos que nos hagan sentir realizados, personas que nos quieran y a las que querer, ropa que nos siente bien, miles de recetas… Pero alguien nos enseña a ¿saber como nuestro cuerpo?. Mas específicamente, nuestras emociones, las emociones que podemos transmitir o impactar en los demás. Igual que en el colegio nos enseñan matemáticas, lenguaje, sociales… ¿porqué no existe una asignatura emocional? Una que nos enseñe el tesoro que todas personas poseemos y que tanto nos cuesta admitir. Tengo amigos que no se valoran, que simplemente luchan por ser mejor que los demás, por sacar las mejores notas, y eso esta muy bien siempre que lo hagas por ti, no porque otra persona es o puede llegar a ser mejor que tú. Ahí es donde pienso que esta la cumbre de la satisfacción personal. No hablo de felicidad porque no creo que la felicidad sea un estado personal permanente, la felicidad va y viene, además surge de situaciones o personas que nos la provocan. Pero estar satisfecho contigo mismo sí que puede llegar a ser algo con lo que vivas cada dia de tu vida. Siendo fiel a tus valores, y disfrutando del pequeño tesoro que todos tenemos con nuestro cuerpo, como de una toma de decisiones correcta o fiel a tu instinto, aunque termine «en agua de borrajas». Tu has sido fiel a ti, y nunca es demasiado tarde para cambiar aquello que sea. 

Cada persona somos única, y como única que somos merecemos estudiarnos, aprendernos y cambiar aquellos aspectos de la conducta que se consideren desadaptativos.

Ya lo dijo Darwin «aquella especie que mejor adapta al medio es la que sobrevive».

También me gustaría escuchar vuestras experiencias y comentar cualquier cosa de este articulo.

Con amor…

(C) 

 

Mi presentación.

Hola, de momento he decidido que no voy a revelar mi nombre y simplemente voy a limitarme a escribir. Espero poder compartir muchas historias, así como opiniones con todos y todas mis lectores/as.

Me gustan las flores, el sol, la lluvia, darme crema nada más salir de la ducha, acostarme a la cama, no dormir hasta que no termino el capitulo del libro que este leyendo ( luego caer rendida), adoro pasear, escuchar la risa de la gente que quiero, ver ojos felices, hacer locuras de esas que crees que te van a arreglar la vida y por supuesto adoro dejarme llevar por mis impulsos (aunque a veces me jueguen malas pasadas).

Parece ser que el verano se nos está pasando, un año más. Y mi verano, no ha sido especialmente divertido, ni lo volvería a vivir si me dieran la oportunidad. Los veranos siempre tienen algo en especial, algo que o te hace volverte loca de remate o algo que sabes que va a marcar el resto de tu vida; están llenos de decisiones. ¿Habéis pensado alguna vez en volver a vivir un momento para cambiar algo de lo que no te ha gustado el resultado? A mi, últimamente me ocurre a menudo, y quizás sea esta una de las razones que me ha impulsado a abrir este blog.

Soy fan de cada verano, elegir al menos un libro con el que distraerme de las noches calurosas. Este año decidí leer «Una tienda en París» de Maxim Huerta, ¿lo habéis leído? Es uno de esos libros que te transporta, que te une a la protagonista y tiene unas redacciones escalofriantes. Tenía ganas de leer algo así, (quizás tenga ver la situación personal en la que me encuentro) algo que dice que aunque a veces las cosas no funcionan como nos gustaría en cualquier momento puede aparecer una vía de escape y es ese preciso momento en el que una fuerza interna de dentro te lleva a cambiar.

Nunca me ha gustado la monotonía, la conformidad ni la rutina. Soy de aquellas personas que piensa que es necesario conocer a muchas personas, escuchar sus puntos de vista y opiniones, más todavía si son contrarias a las de uno mismo (quizás esta sea otra razón). Te hace crecer, aprender a vivir de otra manera y saborear la vida con muchos matices. Al fin y al cabo, se dice que solo se vive una vez, ¿no?.

 

Bueno, así como presentación creo que ya está bien. Nos iremos conociendo un poquito más cada dia. Gracias por estar ahí.

(C)